miércoles, 1 de marzo de 2017

Bruja

Fui princesa,
cuando en realidad lo que quería era ser bruja.

Canté con los ruiseñores, las mariposas y los cisnes,
cuando en realidad lo que quería era gritar con los gatos negros, los coyotes y las hienas.

Declamé encantadores poemas de amor,
cuando en realidad lo que quería era entonar mágicos hechizos.

Corté los tallos de lilas, margaritas y adelfas, y coloqué las flores en un jarrón de hermoso y delicado cristal,
cuando en realidad lo que quería era tumbarme sin reparo alguno sobre las sangrientas amapolas y masticas sus semillas con la boca abierta.

Cubrí mi cuerpo con valiosa seda,
cuando en realidad lo que quería era vestirme con bellos hilos hechos por arañas.

Trencé mi pelo y lo adorné de brotes de ternura,
cuando en realidad lo que quería era llenarlo de plumas y ramas abarrotadas de atrayentes bayas rojas.

Trasnoché en la oscuridad asomándome al balcón y llorándole a la Luna en espera de algún príncipe que me visitase,
cuando en realidad lo que quería era escapar del castillo y correr junto a los lobos mientras le aullaba a la Diosa Blanca.

Y lo hice:
Grité con los animales salvajes,
Me tumbé sobre la húmeda hierba,
Escapé de las murallas de piedra,
Me llené de los retazos del bosque,
Entoné sin preocuparme de la armonía,
Me vestí de la naturaleza,

Y entonces... me quemaron,
y mi cuerpo ardió entre las llamas mientras todos chillaban "bruja" sin cesar.

Pero... como toda buena bruja,
solo mi cuerpo se abrasó,
mi espíritu sobrevivió,
y se transformó en fuego etéreo hermoso,
y volé, por fin,
libremente.