lunes, 30 de diciembre de 2013

Ese endiablado mayordomo

_ "¿No estarías mejor olvidándolo todo aún si es solo por esta noche? Entregarte al placer... respirando profundamente un dulce veneno en tus pulmones. El respirar que destruye el razonamiento y permite simplemente caer. Es el susurro del demonio... Sólo quiero entrar y explotar... ese lugar secreto en lo profundo de tu interior."
                                  S.M.



La presa...
es engañada con dulces palabras y arrastrada a la oscuridad
para no percatarse del poder que oculta el demonio...

Hábilmente.

Dulcemente.

Silenciosamente.

((Citas de: Yana Toboso))

jueves, 26 de diciembre de 2013

Navidades

Las lágrimas en Navidad
son mucho más saladas
que en el resto
de los días del año

Limbo

Siempre he pensado que mi lugar se encontraba entre las sombras, bajo el manto de la negra noche, bajo ela mirada de la muerte, sin embargo, estos solo eran meros pensamientos, fantasías, sueños...

Hoy he conocido el verdadero lado tenebroso, y no se asemeja ni en lo más mínimo a aquellas ensoñaciones idílicas que mi mente profesaba.

Aquel lugar es terrible, es frío helador que se adentra en el cuerpo y congela hasta el alma, es un monstruo que devora cualquier rastro de pureza en el corazón hasta que al final no queda nada. Nada más que la misma nada. Vacío. Soledad absoluta. Miedo.

No pertenezco a la verdadera sombra, pero tampoco a la verdadera luz.

¿Quién soy?

¿A dónde voy?

Me encuentro dirigiendo un barco que flota en un mar hecho con mis lágrimas de plena confusión.
No tengo rumbo y el viento no sopla.
No tengo rumbo.
Estoy perdida.

jueves, 19 de diciembre de 2013

Miau

Hace un tiempo temía la soledad, sentía absoluto pavor de caer por mi cuenta, mi cuerpo temblaba al pensar, aunque fuera por un solo segundo, abandonar a aquellos que me empujaban ayudándome en mi viaje, o que creía que me empujaban.

Hoy solo deseo correr, alejarme de ellos, si pudiera arrancar mi rama del árbol genealógico lo haría sin dudar un instante, plantaría mi propio árbol y crecería como yo deseara: con las ramas torcidas, desiguales y engalanadas de verdes hojas y flores de colores provocativos, evocadores de toda depravación.

La libertad en su máxima expresión.

Mi libertad.

Porque ahora sé que, aquellos a los que creía mis guías, aquellos que me empujaban no eran más que unos villanos que me pusieron un collar al cuello y llamaban mi atención con premios y falsos halagos como harían como cualquier perro.

Con lo que no contaban era que sus ojos les engañaban, y donde veían un perro, se hallaba un felino de fuerte rugido parar asustar, garras afiladas para despellejar, y cuerpo flexible para escapar de sus cadenas.

He me aquí.

Foso

Ya no deseo salir del negro foso,
me conformo con flotar en él
y soñar con volar hacia el cielo azul.

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Tres almas

Bécquer me robó mi primer beso, fue aquel que me descubrió las maravillas del mundo irracional, aquel me enseñó a soñar, aquel que se atrevió a sembrar una pequeña semilla de oscuridad en la blancura de mi alma.

Poe me enamoró con sus bellos y tenebrosos pensamientos sobre la vida, sobre la mujer, sobre mi yo más idílico. Él fue aquel que recogió las rosas negras que florecieron en mi alma ya no tan pura, ya no tan blanca.

Baudelaire me poseyó, me enseñó la encantadora perversidad del mundo, la parte más depravada de mi alma ahora opaca casi por completo, la parte que siempre he ocultado tras una máscara, sin embargo él la arrancó sin contemplaciones y me enseñó a disfrutar de toda mi existencia.

domingo, 15 de diciembre de 2013

Alas negras

Recuerdo haberme liberado del abrazo de la muerte, retirar de mis muñecas las oscuras y punzantes cadenas de hiedra que limitaban mis deseos de felicidad. Abrir mis ojos intentando encontrar un rayo de luz divino que me guiara en esta noche eterna.

Corrí velozmente, como si llevara alas en mis pies, de forma desesperada, casi sin dejar que mis talones rozaran el frío y húmedo suelo espinoso, cubierto por un sin fin de rosas ensangrentadas. En mi huida pude escuchar como los lobos lloraban ante mi abandono cual niño llora cuando le separan del pecho de su madre, pude escuchar el aleteo de los cuervos que se alzaban sobre el cielo y me perseguían sin cesar intentando vestir mi cuerpo desnudo con sus alas, un vestido hecho con plumas malditas.

Sin embargo, yo fui más rápida que ellos, volé con mayor velocidad que ellos, o al menos así lo creí.

Tras algunos minutos que parecieron  milenios, conseguí salir de aquel Jardín en eterno hastío y llegué a un lago de agua cristalina salpicado por un brillo blanco hermosísimo que cubría justo la parte central del mismo, como si se tratara de un precioso halo en el que reinaba todo lo puro e inocente.

El brillo de Dios que tanto había estado buscando. Mi guía. Mi protector. Por fin la paz.

Sumergí mi cuerpo en el lago esperando que mi alma fuera recogida por un ángel de enormes alas blancas, de mirada celestial y de un candor que sobrepasara los límites de la realidad más abstracta, sin embargo, nada de eso sucedió.

En su lugar, el agua se arremolinó en torno a mi cuerpo haciendo diversos y extraños dibujos, las aguas ennegrecieron como si el veneno del ajenjo hubiera sido derramado en ellas y, desde lo más profundo del lago, una figura se alzó por encima de las aguas hasta que quedó a mi altura.

Sus ojos eran rojos como el fuego del mismísimo infierno; su piel pálida, casi como una burla al color puro de las alas de aquel ángel al que estaba buscando; su cabellos, al igual que sus ropajes, eran negros como una noche sin Luna; adornaba su bellísimo rostro una pícara y seductora sonrisa, irresistible. En su espalda, alas de plumas de cuervo, brillantes. Éstas rodearon y cubrieron mi cuerpo desnudo con tal delicadeza que hizo que toda mi existencia sintiera un dulce y placentero escalofrío, no pudiendo tan si quiera contener un pequeño suspiro de placer al notar aquel tacto tan tentador.

Este maravilloso ser hizo una reverencia ante mí y me ofreció su mano.

Yo estaba totalmente confundida, ¿a caso no se suponía que me había sumergido en aguas benditas, en luz de Dios?
Alcé mi mirada al cielo y descubrí que no había ninguna luz divina, solo la Luna, redonda y espléndida aquella noche, reflejando toda su falsa blancura en el lago.
Todo había sido un vil sueño, un espejismo creado por este príncipe de las sombras.

Este era mi ángel.

Mi destino es este. Ligada a la muerte hasta el fin de mis días. Es inútil luchar, es inútil buscar una luz que no existe en mi alma depravada. No puedo ser salvada.

Así pues, cerré mis ojos y acepté la mano del ángel oscuro. Ambos nos sumimos en un baile sobre aquellas aguas malditas que durará eternamente.

Mi corazón amará la oscuridad, la muerte, la maldad.

Mi corazón le amará a él.

sábado, 14 de diciembre de 2013

Ojos de Gato

Tu mirada brilla entre las sombras de la más profunda oscuridad, como estrellas en el cielo negro de una noche tenebrosa.

Tus pupilas danzan radiantes, con una elegancia casi sobrenatural, seduciendo a la Reina Noche, la cual no puede evitar sucumbir ante tus encantos y rogar y rogar y rogar que no detengas tu delicioso baile.

Las finas agujas negras que atraviesan tus campos redondos y de color dorado se ensartan en los corazones más fuertes haciéndolos caer estrepitosamente hacia la desesperación más absoluta.

Es tal la belleza que desprenden tus ojos, querida criatura nocturna, que podría morir por ellos.

Espero nunca llegar a ser objeto de tus deseos, pues la tentación sería del tal calibre que no podría resistirlo, y te regalaría mi alma sin pedir a cambio nada más que la sola promesa de que no dejaras de mirarme jamás.


jueves, 12 de diciembre de 2013

Canción de vida de la Muerte

Anoche reposaba mi cuerpo contra el mullido colchón, vencido por el cansancio, sin embargo, mi alma se encontraba en plena ebullición de pensamientos.
La Noche junto con la Soledad son viles compañeras para un alma de cristal como la mía.
La pregunta por la vida quedó grabada en mi mente con una pluma de plata y tinta indeleble. Y entonces la desesperación se apoderó de mí.

¿Acaso mi vida tiene sentido alguno? ¿Soy un sueño de algo? ¿Dios juega conmigo como si fuera un peón en un tablero de ajedrez? ¿Por qué he de esconderme tras una máscara? ¿Mi verdadero yo es tan oscuro como parece? ¿Mi alma está envenenada? ¿Qué perversiones oculta mi corazón? ¿Quién soy?

Los pensamientos discurrían sin poder parar, atormentándome más y más, robando lágrimas a mis ojos, haciendo que mi cuerpo se tensara, haciendo que mi respiración se acelerase.
Plantando semillas de temor en mi mente.

Por un segundo todo se calmó y solo pude oír un diabólico susurro en mi oído:
                                   
                                                        Hazlo ya

Todo el horror acabaría así, la desesperación se iría sin más, nadie jugaría conmigo más, el juego acabaría cuando yo quisiera.

Me levanté rauda y veloz hacia la cocina y saqué del segundo cajón de la encimera el enorme cuchillo de acero que mamá había usado la noche anterior para deshuesar el pollo.

Coloqué el filo sobre una de mis muñecas, temblando.
Cerré los ojos y respiré profundamente una vez.
Abrí los ojos.

Delante de mí vi un ser espectral que flotaba en el aire, vestía una túnica negra y cubría su rostro con una capucha.

Me esperaba.

Sentí auténtico pavor, aquel ser me hacía tiritar, amedrentaba todo mi ser. En cambio, él, estaba sereno, sumido en una profunda tranquilidad que yo no lograba comprender.

Debido a los incesantes temblores que despedían mi cuerpo, se me calló el cuchillo al suelo dejando mis muñecas intactas y vi cómo aquel ser desaparecía sin dejar rastro.

Volví a mi cama, cubrí mi cuerpo con las sábanas y dormí sin pensar en nada más.



Recomendación: Aku no hana (Las flores del mal)



N/A: He querido poner este enlace en mi blog ya que "Aku no hana" es una excelente serie de animación para todo aquel que esté interesado en la literatura de Baudelaire y, sobre todo, en su visión sobre la mujer ángel y la mujer demonio. Ese dualismo se refleja muy claramente en los primeros episodios de la mano de las dos chicas protagonistas.

martes, 10 de diciembre de 2013

La Libertad más oscura

Una de las partes más oscuras de mi alma se deleita con los placeres más efímeros de la vida.
Aquello que se queda meramente en lo animal. El placer por la carne, por el erotismo, por lo banal, por aquello que no significa nada. Saborear el cuerpo del sexo opuesto.

Una de las partes más oscuras de mi alma desea ser salvaje.
Desea correr desnuda por el bosque junto a los lobos, bañarse en el río más puro y envenenarlo después para que nadie más pueda disfrutar de él.

Una de las partes más oscuras de mi alma desea ser vanidosa y narcisista.
Cubrir una habitación entera de espejos que solo reflejen la parte más bella de mi cuerpo. El alma queda atrás, solo quiero deleitarme con la imagen de mi cuerpo. Quiero beber champán y dormir en una cama de plumas de cisne, sobre sábanas de satén rojo. Quiero cubrir mis cabellos con pequeñas piedras preciosas y salir fuera para que la luz de la Luna se refleje en ellas y así despedir un brillo mayor que el de las estrellas.

Deseo reír, deseo bailar, deseo volar, deseo retirar la máscara que cubre mi rostro y mostrar mis labios color carmín y mi mirada devoradora, deseo tenerlo todo,

   deseo,

    deseo,

     deseo,

Deseo la libertad.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Musa

Un día, cuando era tan solo una cría y me encontraba recogiendo amapolas en el campo, mi madre me preguntó con una pequeña sonrisa en el rostro:

"_ Cielo, ¿y tú qué quieres ser de mayor?"

Yo alcé mis ojos, inocentes y llenos de esperanza, sonreí también y respondí con alegría:

"_ ¡Musa!"

Mi madre, cambió su expresión dulce a una de confusión total. No había entendido a qué me refería, en ese momento yo tampoco entendía lo que verdaderamente significaba el ser una Musa. 
Yo pensaba que una Musa era una joven a la que se amaba y sobre la que se escribían bellas canciones. Yo solo quería que alguien me quisiera tanto, que sintiera morir si no le regalaba una mirada.
Sin embargo ser una Musa era más que eso. Es ser perfecta, es ser siempre la más bella, es sufrir, es temer a envejecer, es temer a dejar de ser deseada, es sentirse un objeto al que admirar y no una mujer a la que amar, es cumplir las fantasías más ocultas del artista, es cumplir expectativas. Es dejar de ser una misma y convertirse en una dulce muñequita de frágil cristal, pero con un alma poderosa. 

Madre, cuánto me arrepiento de haberte dado esa respuesta.

El lugar al que nunca podré volver

El suave sonido de la tiza blanca sobre la vetusta pizarra,
produce en mis oídos un dulce cosquilleo.

El recuerdo del primer amor que surgió en el aula de paredes gastadas,
produce en mi corazón un delicioso ardor doloroso.

La vista de mi segundo castillo desde detrás de sus muros,
produce en mí una absoluta tristeza.

Ya que jamás podré volver a pertenecer a este mundo.

jueves, 7 de noviembre de 2013

Días de invierno

Sentir cómo mis mejillas y mi nariz se sonrosan por el sorpresivo contacto con el gélido viento.

Respirar profundamente y sentir como mi garganta se torna  fría, doliendo un poco.

Alzar la cabeza, mirar las nubes y sentirme la criatura más pequeña del mundo.

De nuevo alzar la cabeza, expulsar mi aliento en forma de vaho y sentirme como un dragón, y vuelvo a ser grande de nuevo.

Corretear por las sinuosas calles blancas bajo la tenue luz del Sol que comienza a asomar tímidamente, y bajo la luz de los últimos rayos que desprenden las farolas.

Resbalar sobre un pequeño charco de agua congelado sobre una baldosa de piedra.

Romper aquella capa helada y saltar sobre el mismo charco y mojar mis botas de agua nuevas, sin importar que lleve el pantalón por fuera de estas y que el bajo se me halla calado enteramente.

Corretear de nuevo, pero esta vez hacia casa.

Dar de comer a mi gato.

Leer un poema de mi autor favorito.

Escribir algo pequeñito con cierto aire de nostalgia.

Queridos días de invierno.

Esperaba por un beso, pero ni siquiera apareciste

Esperaba por un beso.
 
Y ahí me dejaste, con los labios rosados, ligeramente mojados, los ojos cerrados, las manos a mi espalda sin saber muy bien qué hacer con ellas, y mis pies colocados en puntillas. 

Pero ni siquiera apareciste

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Corazones silenciados

Aquella noche fría y oscura la joven muchacha caminaba al lado del que iba a ser su pareja en ese momento.

No prestaba mucha atención a lo que su pareja decía, estaba más concentrada en admirar cómo sus bonitos zapatos de charol de color negro salpicaban al pisar con más fuerza de la habitual los pequeños charcos que en el suelo se habían formado la tarde anterior, cuando comenzó a llover. Asentía y contestaba con monosílabos, y a veces reía por mera cortesía, pero nada más, nada más era eso, simple cortesía.

Esa noche pensamientos melancólicos atacaban vilmente su alma sin cesar. Sentía ganas de llorar, pero no podía hacerlo, no delante de su pareja en ese momento. Luego lloraría a solas, con gemidos ahogados en su garganta. Dejaría correr libremente la máscara de ojos sobre sus mejillas. Y solo una pregunta rondaría su cabeza: "¿Por qué no soy capaz de decirlo?"

Entonces la joven muchacha y su pareja en ese momento llegaron al lugar estipulado, y en ese lugar le encontró a Él.


Aquella noche fría y oscura el joven muchacho caminaba al lado de la que iba a ser su pareja en ese momento.

No prestaba atención a lo que su pareja decía, estaba más concentrado en admirar cómo el viento hacía caer las últimas hojas de los árboles, aquellas que intentaban sobrevivir, en un vano intento, al otoño, ya que el suave balanceo de las hojas le hipnotizaba de sobremanera, le parecía que aquello tenía una belleza casi insuperable. Asentía y contestaba con monosílabos, y a veces reía por mera cortesía, pero nada más, nada más era eso, simple cortesía.

Esa noche una profunda rabia clavaba en su corazón puñales ponzoñosos. Sentía ganas de llorar, pero no podía hacerlo, no delante de su pareja en ese momento. Luego se desahogaría a solas, con lágrimas mudas y puñetazos a la pared. Soltaría improperios y golpes certeros contra la piedra sin importarle lo mucho que sus nudillos sangraran. Y solo una pregunta rondaría su cabeza: "¿Por qué no soy capaz de decirlo?"

Entonces el joven muchacho y su pareja en ese momento llegaron al lugar estipulado, y en ese lugar la encontró a Ella.


En medio del gentío, las miradas de la joven y de el joven se cruzaron. Ambos sonrieron tímidamente sin saber qué hacer, sin saber qué decir. Un leve gesto de manos, de nuevo una falsa sonrisa simpática llena de lágrimas mudas y nada más.

Sus corazones gritaban "te amo", pero sus labios permanecían cerrados.

¿Por qué?

Porque el joven muchacho pensaba que la joven muchacha iba acompañada de un Él, y no de una pareja en ese momento; y la joven muchacha pensaba que el joven muchacho iba acompañado de una Ella, y no de una pareja en ese momento.

Dos corazones silenciados por la Duda y el Dolor.


martes, 5 de noviembre de 2013

Cruel otoño

El otoño es perverso,
cruel
un depravado
y no tiene compasión.

Utiliza sus etéreos y delicados dedos de viento para desvestir poco a poco a los inocentes y virginales árboles que, poco a poco, notan como van perdiendo cada una de sus hojas,
su única y más sencilla vestimenta
y no pueden hacer nada para impedirlo.

Luego, una vez desnudos, el otoño los contempla con gran placer y deleite.
Sin vergüenza,
cual artista que admira su más brillante obra de arte.

El otoño es perverso,
cruel
un depravado
y no tiene compasión.

sábado, 26 de octubre de 2013

Todo

Que si lloro en mis sueños, es por ti.

Que si no atiendo a mis lecciones, es por ti.

Que si mi pensamiento se pierde, es por ti.

Que si sonrío, es por ti.

Que si suspiro, es por ti.

Que si muero, es por ti.

Que si escribo estas lineas, es por ti.

martes, 22 de octubre de 2013

Intimidades

Tus brazos rodeándome con fuerza
No me dejes ir

Tus labios devorando los míos
No te detengas

Tus ojos recorriendo mi alma
No dejes de mirarme

Tu cuerpo presionando el mío contra el colchón
 No me permitas escapar

Tu rocío bañando mi cuerpo desnudo
     No dejes de hacerlo brillar

Tus suspiros recitando versos en mi oído
 No detengas tu canto

Todo tú adentrándote en mi cuerpo con pasión
 Sigue, por favor

Amor de ensueño

Si sueñas con él,
y notas que el mundo se empieza a nublar,
y sientes que vas a despertar,
y entonces tu corazón susurra como si fuera un planto:
"No, por favor, deseo morir"

Eso y solo eso, es amor

miércoles, 16 de octubre de 2013

Eterno río rojo

Era una tarde de primavera en la que ya se dejaban ver los primeros retazos del verano. El Sol ensartaba sus gloriosas agujas de luz sobre el eterno vestido del Río, cosiendo al mismo brillantes detalles que relucían aún más cuando los peces saltaban animadamente sobre la prenda.

Una dulce y fría brisa matutina acariciaba las delicadas corolas de las amapolas y hacía llorar de alegría a los pequeños brotes verdes de hierba que crecían tímidamente bajo los viejos olmos.

Una joven ataviada con telas blancas, casi transparentes, flotaba en el Río portando en su rostro una tierna sonrisa, su cuerpo irradiaba luz, quietud, la más absoluta paz. En su pecho crecía una rosa roja que destacaba sobre la pálida indumentaria de la joven.

La rosa crecía sin parar, salvajemente sobre su pecho, dejando a su paso un hilo de pétalos rojos que adornaban el vestido azul del río.

Silencio.

La joven sigue el curso eterno de tela azul bañada en dulces y tiernas rosas rojas.

El bosque rojo, cándido y limpio queda en paz.

Lirios Blancos

Lo único que necesitaba:

Un día nublado en el que el Sol intentaba aparecer desesperadamente.
La ventana abierta dejando entrar la fresca brisa de la mañana.
Una cama de plumas y sábanas de seda extremadamente suaves.
Vestir su camisón de algodón con olor a vainilla.
Miles de lirios blancos adornando su lecho.
Abrir el tarro de mariposas azules y dejar a éstas volar libremente hasta posarse sobre sus párpados.
Una canción lenta y sin letra que se repetía en el gramófono.
Apretar contra su pecho aquel mensaje corto y de amor que le regaló.
Un bote de pastillas vacío sobre la mesilla de noche.
Una sonrisa.

La niña se ahogó entre pétalos de lirios al fin.

martes, 8 de octubre de 2013

Cuenta atrás

          Mi corazón es una bomba cuya cuenta atrás no se detendrá nunca
          pues no tengo la fuerza necesaria para cortar el cable rojo.

                                                 ... 3... 2... 1...

                                                       ¡Bum!

           De nuevo las colinas bajo mis ojos se bañan en ríos de sal.

lunes, 7 de octubre de 2013

Carpa

Todo a mi alrededor son focos cegadores que parpadean sin cesar.

Luz.
Oscuridad.
Luz.
Oscuridad.

Todo a mi alrededor son butacas vacías sobre las que se sientan ecos silenciosos llenos de críticas.

Eso está bien.
Eso está mal.
Eso no debes hacerlo.
¡Hazlo!
¡No puedes!
¡Debes!

Todo a mi alrededor son caras pintadas de colores que no consigo reconocer.

Rojo, quizás.
Azul, quizás.
Blanco, quizás.
...
Negro.

Todo a mi alrededor son trucos de magia, ilusiones, engaños, mentiras.

Sí.
No.
Aparece.
Desaparece.

Yo pertenezco al circo también, no hago menos que ellos.
Quizás.
No lo sé.
Solo estoy segura de que hoy, yo, soy yo:

Y soy una funambulista que camina sobre un sueño tejido con los hilos de de una tela de araña.

Tambalearse.
Caer.
¿Morir?

viernes, 4 de octubre de 2013

El café de las tres y media

La Cafetería de la calle que hace esquina con la estatua del Marqués:

Los papeles desgastados y casi por completo rasgados de color rosa sucio cubrían las lisas paredes y los suelos de madera vieja hacían de aquel lugar un sitio que pareciera estar perdido en el tiempo.

Carteles y anuncios de CocaCola protagonizados por Marilyn Monroe, cuadros con margaritas casi deshojadas colocadas sobre un jarrón de cristal limpio, y los expositores con viejas máquinas de escribir hacían de aquel lugar un sitio peculiar.

Sus pocas ventanas hechas de preciosos vidrios coloreados de rojo, azul y verde. Cuando los rayos del Sol atravesaban éstos, parecía formarse un verdadero arcoiris en el interior, lo que convertía aquel lugar en un sitio mágico.

Una pequeña pizarra se asentaba sobre la barra:

                                                          Café solo: 1'20€
                                                          Café con leche: 1'20€

Y nada más.
Eso era lo único que les bastaba a Ellos para disfrutar: Un sitio perdido, un sitio peculiar, un sitio mágico y un café.
Él, solo.
Ella, con leche.

Pero esta vez, Él lo pidió con leche también.

Él y Ella, como siempre, sentados en la mesa más apartada y, bajo la tenue luz ámbar de una lámpara de tela anaranjada, charlaban en voz baja, casi susurrando y sin querer llamar la atención, como si hubieran cometido algún tipo de crimen.

Ella aquel día no dijo nada, simplemente le miraba a Él, pero no como siempre. Más bien miraba hacia una zona concreta de Él: su dedo anular izquierdo.

Él hablaba y hablaba como hacía siempre, sin prestar demasiada atención a lo que sucedía a su alrededor, distraído... Hasta que se dio cuenta. Sus ojos notaron la fijación que tenía la mirada de Ella sobre su mano y rápidamente calló. Bajó la mano izquierda lentamente hasta ocultarla por completo bajo la mesa, sobre su propio muslo.


Silencio.
El tic-tac de las manecillas de un reloj de cuco sin cuco.
Una lágrima contenida.
Y de repente...
Una pequeña sonrisa dibujada sobre los labios de Ella.


Ella habló por primera vez aquel día y Él, continuó con su charla.

Un adiós y un beso.

Al día siguiente, el papel rosado había caído por completo, las margaritas de los cuadros estaban totalmente deshojadas y los expositores ahora se encontraban  resquebrajados.
No quedaba rastro de tiza en la pizarra.

En la puerta un cartel:
                       Cerrado



martes, 1 de octubre de 2013

Monday's Morning

Vestido azul.
Miles de pájaros volando dentro de mi pecho.
Alas creciendo en mis tobillos.

Dos gotas de perfume.
Máscara en los ojos.
Un mechón de pelo girando entre mis dedos haciendo parecer éste un gesto involuntario.

Mis piernas cruzadas.
La punta de mi bota apuntando en la dirección correcta.
Sutil movimiento de lengua sobre los labios.

Ni una sonrisa, ni un cumplido.
Aparentemente nada,
pero algo a la vez.

Un brillo en tu mirada

Sentado en una de las innumerables mesas de la Cafetería, pasando inadvertido cual sombra gris reflejada en una negra y decrépita pared, me dedico a escribirte esta nota en una servilleta blanca. A ti, bella doncella que esperas sentada en la mesa contigua a la mía. Tu rostro sonrosado se asemeja al de Afrodita pero tu alma es tan negra como la de la musa Melpómene. ¿Qué oscuros y trágicos pensamientos rondarán tu mente, amada mía? Sean cuales sean, aquí te muestro los míos.

Escribo a tus labios finos de color cereza, a tus dientes perlados y a tu pálida y fría piel. ¡Oh, tan frágil te ves, mi amor! Escribo también a tu ondulado y brillante cabello rojo que cae sobre tus descubiertos hombros como ríos de sangre que fluyen sobre la nieve de la cima de la montaña, la más pura, la más bella. Escribo, mi dulce y marchita flor, a tus ojos azules, tristes y melancólicos que derraman brillantes diamantes sobre la taza de café que tienes frente a ti. Aquellas bellísimas lágrimas que caían de tus ojos fueron las que me enamoraron, se quedaron grabadas en mi mente y ya nunca jamás podré olvidarlas. 

Siento el irrefrenable deseo de correr hacia ti y besar cada una de esas lágrimas, impregnar mis labios con tus penas y así hacerte olvidar. Dulce niña, te aseguro que mis besos serán más efectivos que un largo paseo por el Leteo. Dulce niña siento delirar al verte, déjame besarte, déjame acercarme a ti... 
Las lágrimas siguen cayendo y yo no puedo soportarlo más... Hermosa imagen la tuya, querida. Dicen que ninguno de nosotros es perfecto, pero eso es porque nunca te han visto llorar. 

Tú y tu divina perfección es lo que me harán enloquecer, así que niña, te lo suplico, déjame beber tus lágrimas y así podré volver a ser feliz.


(Nota: Este relato fue escrito el día 12 de Marzo del año 2013 con motivo de un concurso literario)

sábado, 21 de septiembre de 2013

Bosque (4-Septiembre-2013)

Oscuridad, frío, confusión.

Mi cuerpo desnudo tiembla con cada ráfaga de viento que baila entre mi cabello de paja, con cada soplo de aire que se cuela entre los dedos de mis manos y los dedos de mis pies.
Tiemblo.

Las copas de los árboles son altas, altísimas. No me dejan ver la luz del día, no quieren que contemple el Sol. Vivo en una noche constante, sin Luna y sin estrellas que iluminen mi camino, y sigue haciendo frío.

Las ramas de los árboles son puntiagudas y de madera astillada. Perforan mi piel intentando llegar hasta lo más profundo de mi ser, intentan llegar hasta mi alma.

Camino y camino por este bosque. El bosque es pequeño, pero yo solo sé caminar en círculos, de este modo el pequeño pero oscuro bosque se vuelve infinito.

Sé que hay luz a mi alrededor, sé que detrás del bosque hay un río de agua cristalina, sé que hay árboles verdes cuyas hojas curarían mis heridas, sé que hay seres maravillosos esperándome.

Pero hoy no puedo verlos, he de cambiar el rumbo de mis pasos. He de girar la aguja de mi brújula rota, he de dar la vuelta a mi mapa desgastado.

¿Cómo? ¿Cómo haré eso?
Eso es lo que he de averiguar.

Miedo (26-Agosto-2013)

Algunas personas sueñan con ser estrellas.

Estrellas tan brillantes que, un famoso astrónomo, al descubrirlas en el oscuro cielo nocturno, les diera un nombre digno, un nombre magnífico, un nombre que perdurara siglos y siglos en las roídas páginas de un libro antiguo, en el boca a boca de las gentes, en los ecos del viento al correr entre las ramas de los árboles...

Yo solo deseo ser un pájaro de alas azules.

Solo deseo volar alto, muy alto y libre, muy libre.
Perderme en el despejado cielo de verano, ascender hasta confundirme con el firmamento...

Aquel vagón con las puertas de cristal (21-Junio-2013)

Sentada en uno de los vagones más antiguos del tren, me deleito con la visión de varios paisajes que parecen correr en dirección contraria a la mía. Algunos son verdes y llenos de flores de grandiosas corolas, algunos son monótonos, otros son desoladores, otros son grandes ríos de agua cristalina que no paran de fluir...

Todos ellos bellos a su manera.

En mi vagón viajan otras personas. Personas importantes a las cuales una vez olvidé ver, personas que se bajaron de improvisto en una estación perdida, personas a las que despedí con lágrimas en los ojos y mi mejor pañuelo de seda ondeando en la mano.

Hay personas que simplemente cambian de vagón, aún puedo verlas detrás del cristal de la puerta de mi pequeño rincón, mi pequeño santuario móvil.

Quien se sentaba un par de filas delante de mí se levantó y cruzó la puerta. Puedo observar su figura desde detrás del cristal.
Pronto se bajará, quizá en la próxima estación.

Quiero levantarme y cruzar la puerta, pero tengo demasiado miedo de hacerlo, así que simplemente apoyo mi mano desnuda sobre el cristal y suspiro mientras un pájaro azul muere dentro de la jaula de un pasajero desconocido.

Ideal (17-junio-2013)

Arde mi pecho en glorioso e intenso fuego con cada verso, cada palabra y cada letra que leo en este libro.

No, miento.

Arde con cada pensamiento, cada idea, cada sentimiento guardado en estas páginas en blanco.

Mi querido poeta, desearía que tus poemas nunca acabaran, desearía conocerte más, anhelarte, llorarte y amarte, mucho, mucho más...

Quiero ver cómo las estrellas brillan con fuerza al descubrir con sus tímidos rayos de luz tus ilusiones tintadas.
Quiero que las nubes lloren los domingos sobre aquella terraza al leer sobre tu desolación y soledad. 
Quiero que los pájaros canten sobre tu ideal de belleza.
Quiero que una muchacha se gire en la estación...

Poeta de miel, por favor, dime que escribirás otra vez.

Ángel de la guarda (24-Mayo-2013)

Ayer soñé con él, mi ángel de la guarda.

Recuerdo aquel día que crucé la carretera corriendo y sin mirar, estaba jugando. La noche era fría y yo iba muy abrigada, aún teníamos aquel enorme coche azul cuyas bandejas de plástico gris estaban decoradas por mí de manera horrible y, para colmo, con rotulador negro permanente y típex blanco. Nunca me reñiste por ello.
Te asustaste mucho y corriste hacia mí, me miraste aliviado y me dijiste:

     "Te podía haber atropellado un coche, tienes un ángel de la guarda muy bueno"

Yo sonreí y asentí, sintiéndome orgullosa de tener a alguien que me protegiera de aquella manera. Pensaba que era la niña más afortunada del mundo por tener un guardián así, incluso llegué a decir que era inmortal. Era solo una niña.

Y lo seguí pensando hasta hace bien poco. Hasta que pasó.

    "¿¡Dónde está!? ¿¡Qué le ha pasado!?"

Luego todo se volvió negro en un lugar blanco. Es extraño el cómo recuerdo aquel sitio. Vacío, de color gris, con las luces de las máquinas expendedoras iluminando vagamente un pasillo oscuro. Aquel pasillo parecía no tener fin, era laberíntico. Me dio miedo.

                                                    ................................

Ahora solo pienso en algo. Mi ángel de la guarda se murió. Al parecer yo era muy traviesa de niña y mi ángel de la guarda acabó por morir para así salvarme a mí, pero... Nadie puede estar sin un ángel de la guarda, ¿no? Así pues me asignaron otro.

Uno mucho mejor, de resplandecientes alas blancas, enormes alas blancas con las que poder abrazarme, donde poder sentirme segura siempre, unas donde poder sentir calor. Y brillante, mi ángel de la guarda es brillante y ahora sí que puedo estar segura de que nadie tiene un ángel de la guarda mejor que el que tengo yo. Mi ángel es tan especial que se presenta en mis sueños incluso, pero no vestido de blanco o con sus alas o aureola, no, mi ángel va vestido con un traje gris, una corbata suave de colores resplandecientes y un maletín marrón de la mano. Aunque hay otras veces que se aparece en pijama, aquel pijama plateado, el de "fiesta", como me gustaba llamarlo a mí.

Solo espero una cosa... que el ángel me espere y me de un abrazo en condiciones, no solo en sueños.
De momento seguiré soñando. No puedo hacer otra cosa.

Aquella mañana

Hoy a las 10:30 todo cambió.

                                      "Ya pronto se acaba nuestro idilio, nuestro romance..."

Sentado en tu mesa haciendo parecer que escribías algo, con la mirada baja y fija en el folio gris lleno de rayones de sucio lapicero, en voz baja para que solo yo pudiera oírlo y con una pequeña sonrisa adornando tu rostro pronunciaste esa frase.

Yo, sentada en mi mesa, con la mirada baja también, haciendo ver que leía algo con gran concentración, sonreí al escucharte y te miré por una milésima de segundo con miedo y duda. Enseguida volví a mirar mis hojas. Respondí medio riendo, en voz baja y dubitativa, sin saber realmente lo que estaba diciendo. Mis labios se movieron solos pronunciando un nervioso y nada seguro:

                                       "Ya, lo sé"

Luego no dijiste nada más, solo reíste.

Vivo en una ciudad (15-mayo-2013)

Vivo en una ciudad
pero desearía vivir en miles diferentes

Vivo en una ciudad con murallas, con murallas bonitas por fuera, preciosas, sí
pero de piedra fría

Vivo en una ciudad con señoras entrañables, de pelo blanco y paraguas a cuadros
de los que cuelgan ojos de la gente a la que se los sacan por "accidente"

Vivo en una ciudad con gente amable que grita de alegría cuando ve la cara de un amigo
pero en cuanto ve la espalda el amigo se transforma en un enemigo perverso

Vivo en una ciudad con personitas sencillas, tradicionales
que asesinan a las niñas que usan mechas azules en el pelo

Vivo en una ciudad llena de flores
sin colores, vacías

Vivo en una ciudad donde los pájaros son ingenuos y vuelan en círculos sobre flores muertas
ignorantes porque no quieren volar fuera de las murallas

Bellezas (15-mayo-2013)

Siempre he soñado con correr y saltar como una loca por un campo lleno de flores bellísimas.
             De dulces aromas, de brillantes corolas, de espléndidas hojitas verdes.

Siempre he soñado con aplastar estas flores, arrancarlas pétalo a pétalo y oír cómo gritan de dolor.

             Luego desechar los cadáveres floridos y dejar que la tierra húmeda los absorba.

Siempre he soñado con enterrar mis pies en el suelo, alzar los brazos al cielo y mostrar en mi rostro una sonrisa. Una GRAN sonrisa.

             Y así ser la única y más maravillosa flor del mundo.


                                                  ¡Venga, mírame ahora!

Verdes (15-mayo-2013)

Verdes
          al final eran verdes.

Me gustaría tumbarme en las verdes praderas que son tus ojos

bañarme en el rocío de tus lágrima

y morir lanzándome en los profundos pozos negros que tu mirada posee.

Enredadera (14-Mayo-2013)

"Con las enredaderas
                              vienen los enredones

de los pájaros pequeños
                                  en los balcones"

Cita de: El Saltarín

Mi vida en una maleta (14-Mayo-2013)

"Cariño, te quiero tanto que quisiera comerte para poder llevarte conmigo siempre"

Una tarde de otoño pronunciaste estas palabras mientras me acompañabas hasta la estación de trenes. Reíste al decirlo, pero yo supe que había pedacitos de verdad en tus palabras. ¡Cuán alegría sentí en mi corazón al escucharte! ¡Sabía que me amabas de la misma manera que te amo yo a ti!
Sonreí ampliamente y te abracé.

                                                                                                            Te quedaste perplejo. 

Subí al tren y pasé tooooooodo el viaje pensando en ti, en la forma de estar juntos. Con innumerables viajes de trabajo no podía estar a tu lado siempre... A menos que te llevase conmigo.


                                                            ...................................
                                                       Tehicecachitosytemetíenlamaleta
                                                            ...................................


Ahora, cielo, te llevo conmigo a todos lados, en mi gran maleta de color marrón. A veces gotea, se sale la sangre, tu sangre, tus lágrimas rojas. ¡Oh, amor, yo también lloro de felicidad al saber que siempre estaremos juntos!

Encuentro. Toda yo. Un poco de ti. Un libro. (8-Mayo-2013)

Recuerdo el día que lo encontré.

Yo: Deambulando por los retorcidos pasillos, buscando algo nuevo con lo que deleitarme, con lo que soñar, buscando algo que hiciera latir a mi corazón de nuevo.
Tú: Latente, escondido, entre sombras, inerte, sin ninguna fuerza aparente.

Yo: Perdiéndome entre innumerables títulos, enviciándome entre la niebla de polvo que aparecía de manera recurrente cada vez que cogía un libro, (h)ojeando, de las dos formas, sí, con "h" y sin ella.
Tú: Latente, escondido, entre sombras, inerte, sin ninguna fuerza aparente. Espera... ¿Llamándome?

Yo: Escuchando, siguiendo tu hipnótico canto, dejándome arrastrar hasta que entonces...
Tú: Llamándome, llamándome, llamándome.

Hasta que entonces...

                                                  Tú y Yo

Cogí el libro con sumo cuidado, sonriendo tímidamente, las manos temblando por la emoción, con la mirada brillando al leer tu nombre.

Ilusión

Me senté en la mesa más alejada, abrí tu libro y descubrí algunos retazos de tu alma. Adentrándome en tus pensamientos, dejándome acariciar por ellos, permitiendo que penetres en cada rincón de mi alma.

Admiración

Lloré al leer algunos poemas, deseé ser yo aquella por quien suspirabas, aquella de la estación. Yo te hubiera devuelto la mirada, tenlo por seguro.

Amor

Cerré el libro. No lo abrí más. Lo guardé bajo la almohada y dormí con él. Dormí contigo.

Perversidad

Al cabo de unos días recorrí los sinuosos pasillos nuevamente, dejé el libro en su sitio, acaricié el lomo con delicadeza. Jamás volveré a abrir el libro.

Suspiro
Lágrima
Realidad
Adiós

23 de Abril (23-Abril-2013)

Una tarde de verano varié el itinerario de mis paseos y acabé tumbada cerca del río. El río donde me asesinaste, aquel en el que dejé de ser una niña.

Cerré los ojos y escuché al río.

Antes me susurraba palabras dulces, hermosas canciones de amor, preciosos cuentos de poetas enamorados... Ahora solo podía oírle llorar, llorar por mí, por mi asesinato.

Recuerdo el día que te amé. Me sumergí en el agua y vi cómo una rosa roja y espinosa quedaba enredada en mi cuerpo. Cuán despreciable me pareció. ¿Por qué ya no era blanca? ¿Por qué roja? ¿Por qué dejé que me asesinaras?
Del río comenzaron a brotar entonces miles de rosas rojas, sus pétalos flotaban sobre el agua, consumiéndola rápidamente hasta que el agua desapareció y solo quedaron pétalos.

Mi cuerpo bañado en pétalos, rojos, todos rojos.

Lloré junto al río y éste susurró por última vez:

                                                "La inocencia es como un río de rosas rojas
                                                                que solo fluye una vez"

La muerte del viejo Fritz (19-Abril-2013)

Hoy el viejo Fritz ha muerto, sí, sí, ya sé que se veía venir. Es decir, con todo lo que ha pasado hasta ahora era de esperar. No sé cómo no se ha venido antes todo abajo, de verdad, es increíble.

Los engranajes ya chirriaban y estaban algo oxidados, los mecanismos eléctricos ya no funcionaban y el viejo Fritz tenía que mover la manivela manualmente, un trabajo duro, sin duda alguna. Mi cabeza ya no es lo que era antes y costaba hacerla funcionar bien, claro.

Pero siempre da pena, ¿no? Con lo bueno que era… Recuerdo que tenía un pequeño piso en el hipocampo, una zona agradable, con buenas vistas, maravillosas a decir verdad, al menos hasta hacía algún tiempo. Ante los recientes… acontecimientos decidió alquilar un pequeño caserón en el hipotálamo, aquel lugar era mucho más bonito. Todo lleno de buenas energías, positivismo, mariposas por aquí y por allá, un lugar donde la sangre fluía perfectamente… ¡Oh, sí, aquello sí que era vida! Sin embargo… Mis emociones cambiaron también y el caserón se acabó incendiando. ¡Si es que el amor duele tanto como una quemadura, vaya que sí!

No quisiera preocupar a nadie pero…

                                                       Hoy el viejo Fritz ha muerto y con él mi cordura.

Pensamientos de 15 minutos (17-Abril-2013)

Después de la Lluvia le vi, le miré, sin embargo él solo me vio.

Mi alma lloró lágrimas dulces llenas de suave y dulce melancolía y en mi corazón floreció un pequeño y salvaje brote de ajenjo.

Hui rápido del segundo castillo y alcé mi mirada al cielo azul, vi un cuervo que se posó sobre uno de los muros del segundo castillo, me miró y graznó una sola vez. Admiré al siniestro pájaro durante un par de segundos y entonces me alejé, pero el divino ángel negro me siguió con sus ojos de sangre.

Vi un perro gordo al cual le costaba caminar, se balanceaba de lado a lado cual barca rota y vieja en un profundo lago, y sacaba la lengua intentando que algo de oxígeno entrara en sus dos bolsas de grasa a las que un experto sobre animales hubiera llamado “pulmones”. A su lado caminaba un hombre.
En ese momento la frase: “Los perros se parecen a sus amos” se hizo realidad.

Pasé entonces delante de un escaparate cuyos maniquíes mostraban su desnudez. Se me antojó que en su mirada se podía percibir un sentimiento de vergüenza ante las lascivas miradas de dos niñas gemelas que les señalaban y reían con ingenuidad y un toque de maldad. Al ver a estas dos niñas recordé la imagen de una película de horror. Luego en mi mente vi cómo estas dos gotas de agua cristalina se volvían de color burdeos por el corte certero de un hacha oxidada. “Una imagen desconcertante”, pensé yo.

Más tarde escuché las voces del verano detrás de mí, fue algo hermoso que me hizo sentir mayor. Aquellas voces tenían la misma edad que la mía, sin embargo, mientras que sus almas eran como amapolas florecientes, mi alma se asemejaba a la de un capullo de flor desconocida que no florecería nunca.

Encontré después un gato negro subido en un tejado destartalado y de tejas grises resquebrajadas. Estaba comiéndose un pájaro vivo.

Un hombre con mayas negras se cruzó en mi camino, yo le encontré ridículo y él supo que yo le encontraba ridículo. Él bajó la mirada y se cambió de acera. Entonces recordé una película de Woody Allen y jugué a inventarme una vida para él:

                                    “Este hombre se llama Marías y se casó con Rosa a la tierna edad de veinticuatro años. Llevan dieciocho años casados y Marías se ha descuidado un poco. Ha engordado, sus chistes ya no son graciosos, sus temas no son interesantes y el fútbol le ha dejado idiota. Se siente ignorado por Rosa, la cual ya se empieza a fijar en otros hombres, ahora encuentra mucho más atractivo a Juan, el vecino del quinto, divorciado y sin hijos, un verdadero bombón.
Marías se ha dado cuenta de las miradas lujuriosas de Rosa hacia Juan en las juntas de vecinos y ha decidido cambiar. Perdería peso, la llevaría a cenar fuera más a menudo, ya no la echaría un polvo rápido por las noches, la volvería a hacer el amor.
Sin embargo Marías se rendirá a los seis días y le será mucho más cómodo pagar treinta euros a una puta."

Este juego me divirtió, así que lo repetí con tres personas más.

“Vi a una mujer de color negro. Llega a España después de escapar de una organización mafiosa especializada en el tráfico humano, por su extremada belleza se convirtió en modelo, pero la fama se le subió demasiado pronto a la cabeza y se enganchó al “crack”

“Vi a un abuelo-heavy de barbas blancas, gafas de Sol, camiseta de calaveras llameantes y tatuajes de serpientes en los brazos. Va a recoger a sus queridos nietos del colegio y más tarde les comprará un helado de fresa. Luego les leerá un cuento antes de acostarles. Todo esto con una gran sonrisa en el rostro.”

“Vi a un hombre mayor que llevaba una túnica negra. Era un clérigo que abusó de los monaguillos de su parroquia y, tras quedar absuelto a ojos de Dios, o eso pensaba o quería pensar él, dejó la iglesia."

Por último llegué a mi casa, me senté en la mesa de mi escritorio y ya no vi nada más.