sábado, 21 de septiembre de 2013

Bosque (4-Septiembre-2013)

Oscuridad, frío, confusión.

Mi cuerpo desnudo tiembla con cada ráfaga de viento que baila entre mi cabello de paja, con cada soplo de aire que se cuela entre los dedos de mis manos y los dedos de mis pies.
Tiemblo.

Las copas de los árboles son altas, altísimas. No me dejan ver la luz del día, no quieren que contemple el Sol. Vivo en una noche constante, sin Luna y sin estrellas que iluminen mi camino, y sigue haciendo frío.

Las ramas de los árboles son puntiagudas y de madera astillada. Perforan mi piel intentando llegar hasta lo más profundo de mi ser, intentan llegar hasta mi alma.

Camino y camino por este bosque. El bosque es pequeño, pero yo solo sé caminar en círculos, de este modo el pequeño pero oscuro bosque se vuelve infinito.

Sé que hay luz a mi alrededor, sé que detrás del bosque hay un río de agua cristalina, sé que hay árboles verdes cuyas hojas curarían mis heridas, sé que hay seres maravillosos esperándome.

Pero hoy no puedo verlos, he de cambiar el rumbo de mis pasos. He de girar la aguja de mi brújula rota, he de dar la vuelta a mi mapa desgastado.

¿Cómo? ¿Cómo haré eso?
Eso es lo que he de averiguar.

Miedo (26-Agosto-2013)

Algunas personas sueñan con ser estrellas.

Estrellas tan brillantes que, un famoso astrónomo, al descubrirlas en el oscuro cielo nocturno, les diera un nombre digno, un nombre magnífico, un nombre que perdurara siglos y siglos en las roídas páginas de un libro antiguo, en el boca a boca de las gentes, en los ecos del viento al correr entre las ramas de los árboles...

Yo solo deseo ser un pájaro de alas azules.

Solo deseo volar alto, muy alto y libre, muy libre.
Perderme en el despejado cielo de verano, ascender hasta confundirme con el firmamento...

Aquel vagón con las puertas de cristal (21-Junio-2013)

Sentada en uno de los vagones más antiguos del tren, me deleito con la visión de varios paisajes que parecen correr en dirección contraria a la mía. Algunos son verdes y llenos de flores de grandiosas corolas, algunos son monótonos, otros son desoladores, otros son grandes ríos de agua cristalina que no paran de fluir...

Todos ellos bellos a su manera.

En mi vagón viajan otras personas. Personas importantes a las cuales una vez olvidé ver, personas que se bajaron de improvisto en una estación perdida, personas a las que despedí con lágrimas en los ojos y mi mejor pañuelo de seda ondeando en la mano.

Hay personas que simplemente cambian de vagón, aún puedo verlas detrás del cristal de la puerta de mi pequeño rincón, mi pequeño santuario móvil.

Quien se sentaba un par de filas delante de mí se levantó y cruzó la puerta. Puedo observar su figura desde detrás del cristal.
Pronto se bajará, quizá en la próxima estación.

Quiero levantarme y cruzar la puerta, pero tengo demasiado miedo de hacerlo, así que simplemente apoyo mi mano desnuda sobre el cristal y suspiro mientras un pájaro azul muere dentro de la jaula de un pasajero desconocido.

Ideal (17-junio-2013)

Arde mi pecho en glorioso e intenso fuego con cada verso, cada palabra y cada letra que leo en este libro.

No, miento.

Arde con cada pensamiento, cada idea, cada sentimiento guardado en estas páginas en blanco.

Mi querido poeta, desearía que tus poemas nunca acabaran, desearía conocerte más, anhelarte, llorarte y amarte, mucho, mucho más...

Quiero ver cómo las estrellas brillan con fuerza al descubrir con sus tímidos rayos de luz tus ilusiones tintadas.
Quiero que las nubes lloren los domingos sobre aquella terraza al leer sobre tu desolación y soledad. 
Quiero que los pájaros canten sobre tu ideal de belleza.
Quiero que una muchacha se gire en la estación...

Poeta de miel, por favor, dime que escribirás otra vez.

Ángel de la guarda (24-Mayo-2013)

Ayer soñé con él, mi ángel de la guarda.

Recuerdo aquel día que crucé la carretera corriendo y sin mirar, estaba jugando. La noche era fría y yo iba muy abrigada, aún teníamos aquel enorme coche azul cuyas bandejas de plástico gris estaban decoradas por mí de manera horrible y, para colmo, con rotulador negro permanente y típex blanco. Nunca me reñiste por ello.
Te asustaste mucho y corriste hacia mí, me miraste aliviado y me dijiste:

     "Te podía haber atropellado un coche, tienes un ángel de la guarda muy bueno"

Yo sonreí y asentí, sintiéndome orgullosa de tener a alguien que me protegiera de aquella manera. Pensaba que era la niña más afortunada del mundo por tener un guardián así, incluso llegué a decir que era inmortal. Era solo una niña.

Y lo seguí pensando hasta hace bien poco. Hasta que pasó.

    "¿¡Dónde está!? ¿¡Qué le ha pasado!?"

Luego todo se volvió negro en un lugar blanco. Es extraño el cómo recuerdo aquel sitio. Vacío, de color gris, con las luces de las máquinas expendedoras iluminando vagamente un pasillo oscuro. Aquel pasillo parecía no tener fin, era laberíntico. Me dio miedo.

                                                    ................................

Ahora solo pienso en algo. Mi ángel de la guarda se murió. Al parecer yo era muy traviesa de niña y mi ángel de la guarda acabó por morir para así salvarme a mí, pero... Nadie puede estar sin un ángel de la guarda, ¿no? Así pues me asignaron otro.

Uno mucho mejor, de resplandecientes alas blancas, enormes alas blancas con las que poder abrazarme, donde poder sentirme segura siempre, unas donde poder sentir calor. Y brillante, mi ángel de la guarda es brillante y ahora sí que puedo estar segura de que nadie tiene un ángel de la guarda mejor que el que tengo yo. Mi ángel es tan especial que se presenta en mis sueños incluso, pero no vestido de blanco o con sus alas o aureola, no, mi ángel va vestido con un traje gris, una corbata suave de colores resplandecientes y un maletín marrón de la mano. Aunque hay otras veces que se aparece en pijama, aquel pijama plateado, el de "fiesta", como me gustaba llamarlo a mí.

Solo espero una cosa... que el ángel me espere y me de un abrazo en condiciones, no solo en sueños.
De momento seguiré soñando. No puedo hacer otra cosa.

Aquella mañana

Hoy a las 10:30 todo cambió.

                                      "Ya pronto se acaba nuestro idilio, nuestro romance..."

Sentado en tu mesa haciendo parecer que escribías algo, con la mirada baja y fija en el folio gris lleno de rayones de sucio lapicero, en voz baja para que solo yo pudiera oírlo y con una pequeña sonrisa adornando tu rostro pronunciaste esa frase.

Yo, sentada en mi mesa, con la mirada baja también, haciendo ver que leía algo con gran concentración, sonreí al escucharte y te miré por una milésima de segundo con miedo y duda. Enseguida volví a mirar mis hojas. Respondí medio riendo, en voz baja y dubitativa, sin saber realmente lo que estaba diciendo. Mis labios se movieron solos pronunciando un nervioso y nada seguro:

                                       "Ya, lo sé"

Luego no dijiste nada más, solo reíste.

Vivo en una ciudad (15-mayo-2013)

Vivo en una ciudad
pero desearía vivir en miles diferentes

Vivo en una ciudad con murallas, con murallas bonitas por fuera, preciosas, sí
pero de piedra fría

Vivo en una ciudad con señoras entrañables, de pelo blanco y paraguas a cuadros
de los que cuelgan ojos de la gente a la que se los sacan por "accidente"

Vivo en una ciudad con gente amable que grita de alegría cuando ve la cara de un amigo
pero en cuanto ve la espalda el amigo se transforma en un enemigo perverso

Vivo en una ciudad con personitas sencillas, tradicionales
que asesinan a las niñas que usan mechas azules en el pelo

Vivo en una ciudad llena de flores
sin colores, vacías

Vivo en una ciudad donde los pájaros son ingenuos y vuelan en círculos sobre flores muertas
ignorantes porque no quieren volar fuera de las murallas

Bellezas (15-mayo-2013)

Siempre he soñado con correr y saltar como una loca por un campo lleno de flores bellísimas.
             De dulces aromas, de brillantes corolas, de espléndidas hojitas verdes.

Siempre he soñado con aplastar estas flores, arrancarlas pétalo a pétalo y oír cómo gritan de dolor.

             Luego desechar los cadáveres floridos y dejar que la tierra húmeda los absorba.

Siempre he soñado con enterrar mis pies en el suelo, alzar los brazos al cielo y mostrar en mi rostro una sonrisa. Una GRAN sonrisa.

             Y así ser la única y más maravillosa flor del mundo.


                                                  ¡Venga, mírame ahora!

Verdes (15-mayo-2013)

Verdes
          al final eran verdes.

Me gustaría tumbarme en las verdes praderas que son tus ojos

bañarme en el rocío de tus lágrima

y morir lanzándome en los profundos pozos negros que tu mirada posee.

Enredadera (14-Mayo-2013)

"Con las enredaderas
                              vienen los enredones

de los pájaros pequeños
                                  en los balcones"

Cita de: El Saltarín

Mi vida en una maleta (14-Mayo-2013)

"Cariño, te quiero tanto que quisiera comerte para poder llevarte conmigo siempre"

Una tarde de otoño pronunciaste estas palabras mientras me acompañabas hasta la estación de trenes. Reíste al decirlo, pero yo supe que había pedacitos de verdad en tus palabras. ¡Cuán alegría sentí en mi corazón al escucharte! ¡Sabía que me amabas de la misma manera que te amo yo a ti!
Sonreí ampliamente y te abracé.

                                                                                                            Te quedaste perplejo. 

Subí al tren y pasé tooooooodo el viaje pensando en ti, en la forma de estar juntos. Con innumerables viajes de trabajo no podía estar a tu lado siempre... A menos que te llevase conmigo.


                                                            ...................................
                                                       Tehicecachitosytemetíenlamaleta
                                                            ...................................


Ahora, cielo, te llevo conmigo a todos lados, en mi gran maleta de color marrón. A veces gotea, se sale la sangre, tu sangre, tus lágrimas rojas. ¡Oh, amor, yo también lloro de felicidad al saber que siempre estaremos juntos!

Encuentro. Toda yo. Un poco de ti. Un libro. (8-Mayo-2013)

Recuerdo el día que lo encontré.

Yo: Deambulando por los retorcidos pasillos, buscando algo nuevo con lo que deleitarme, con lo que soñar, buscando algo que hiciera latir a mi corazón de nuevo.
Tú: Latente, escondido, entre sombras, inerte, sin ninguna fuerza aparente.

Yo: Perdiéndome entre innumerables títulos, enviciándome entre la niebla de polvo que aparecía de manera recurrente cada vez que cogía un libro, (h)ojeando, de las dos formas, sí, con "h" y sin ella.
Tú: Latente, escondido, entre sombras, inerte, sin ninguna fuerza aparente. Espera... ¿Llamándome?

Yo: Escuchando, siguiendo tu hipnótico canto, dejándome arrastrar hasta que entonces...
Tú: Llamándome, llamándome, llamándome.

Hasta que entonces...

                                                  Tú y Yo

Cogí el libro con sumo cuidado, sonriendo tímidamente, las manos temblando por la emoción, con la mirada brillando al leer tu nombre.

Ilusión

Me senté en la mesa más alejada, abrí tu libro y descubrí algunos retazos de tu alma. Adentrándome en tus pensamientos, dejándome acariciar por ellos, permitiendo que penetres en cada rincón de mi alma.

Admiración

Lloré al leer algunos poemas, deseé ser yo aquella por quien suspirabas, aquella de la estación. Yo te hubiera devuelto la mirada, tenlo por seguro.

Amor

Cerré el libro. No lo abrí más. Lo guardé bajo la almohada y dormí con él. Dormí contigo.

Perversidad

Al cabo de unos días recorrí los sinuosos pasillos nuevamente, dejé el libro en su sitio, acaricié el lomo con delicadeza. Jamás volveré a abrir el libro.

Suspiro
Lágrima
Realidad
Adiós

23 de Abril (23-Abril-2013)

Una tarde de verano varié el itinerario de mis paseos y acabé tumbada cerca del río. El río donde me asesinaste, aquel en el que dejé de ser una niña.

Cerré los ojos y escuché al río.

Antes me susurraba palabras dulces, hermosas canciones de amor, preciosos cuentos de poetas enamorados... Ahora solo podía oírle llorar, llorar por mí, por mi asesinato.

Recuerdo el día que te amé. Me sumergí en el agua y vi cómo una rosa roja y espinosa quedaba enredada en mi cuerpo. Cuán despreciable me pareció. ¿Por qué ya no era blanca? ¿Por qué roja? ¿Por qué dejé que me asesinaras?
Del río comenzaron a brotar entonces miles de rosas rojas, sus pétalos flotaban sobre el agua, consumiéndola rápidamente hasta que el agua desapareció y solo quedaron pétalos.

Mi cuerpo bañado en pétalos, rojos, todos rojos.

Lloré junto al río y éste susurró por última vez:

                                                "La inocencia es como un río de rosas rojas
                                                                que solo fluye una vez"

La muerte del viejo Fritz (19-Abril-2013)

Hoy el viejo Fritz ha muerto, sí, sí, ya sé que se veía venir. Es decir, con todo lo que ha pasado hasta ahora era de esperar. No sé cómo no se ha venido antes todo abajo, de verdad, es increíble.

Los engranajes ya chirriaban y estaban algo oxidados, los mecanismos eléctricos ya no funcionaban y el viejo Fritz tenía que mover la manivela manualmente, un trabajo duro, sin duda alguna. Mi cabeza ya no es lo que era antes y costaba hacerla funcionar bien, claro.

Pero siempre da pena, ¿no? Con lo bueno que era… Recuerdo que tenía un pequeño piso en el hipocampo, una zona agradable, con buenas vistas, maravillosas a decir verdad, al menos hasta hacía algún tiempo. Ante los recientes… acontecimientos decidió alquilar un pequeño caserón en el hipotálamo, aquel lugar era mucho más bonito. Todo lleno de buenas energías, positivismo, mariposas por aquí y por allá, un lugar donde la sangre fluía perfectamente… ¡Oh, sí, aquello sí que era vida! Sin embargo… Mis emociones cambiaron también y el caserón se acabó incendiando. ¡Si es que el amor duele tanto como una quemadura, vaya que sí!

No quisiera preocupar a nadie pero…

                                                       Hoy el viejo Fritz ha muerto y con él mi cordura.

Pensamientos de 15 minutos (17-Abril-2013)

Después de la Lluvia le vi, le miré, sin embargo él solo me vio.

Mi alma lloró lágrimas dulces llenas de suave y dulce melancolía y en mi corazón floreció un pequeño y salvaje brote de ajenjo.

Hui rápido del segundo castillo y alcé mi mirada al cielo azul, vi un cuervo que se posó sobre uno de los muros del segundo castillo, me miró y graznó una sola vez. Admiré al siniestro pájaro durante un par de segundos y entonces me alejé, pero el divino ángel negro me siguió con sus ojos de sangre.

Vi un perro gordo al cual le costaba caminar, se balanceaba de lado a lado cual barca rota y vieja en un profundo lago, y sacaba la lengua intentando que algo de oxígeno entrara en sus dos bolsas de grasa a las que un experto sobre animales hubiera llamado “pulmones”. A su lado caminaba un hombre.
En ese momento la frase: “Los perros se parecen a sus amos” se hizo realidad.

Pasé entonces delante de un escaparate cuyos maniquíes mostraban su desnudez. Se me antojó que en su mirada se podía percibir un sentimiento de vergüenza ante las lascivas miradas de dos niñas gemelas que les señalaban y reían con ingenuidad y un toque de maldad. Al ver a estas dos niñas recordé la imagen de una película de horror. Luego en mi mente vi cómo estas dos gotas de agua cristalina se volvían de color burdeos por el corte certero de un hacha oxidada. “Una imagen desconcertante”, pensé yo.

Más tarde escuché las voces del verano detrás de mí, fue algo hermoso que me hizo sentir mayor. Aquellas voces tenían la misma edad que la mía, sin embargo, mientras que sus almas eran como amapolas florecientes, mi alma se asemejaba a la de un capullo de flor desconocida que no florecería nunca.

Encontré después un gato negro subido en un tejado destartalado y de tejas grises resquebrajadas. Estaba comiéndose un pájaro vivo.

Un hombre con mayas negras se cruzó en mi camino, yo le encontré ridículo y él supo que yo le encontraba ridículo. Él bajó la mirada y se cambió de acera. Entonces recordé una película de Woody Allen y jugué a inventarme una vida para él:

                                    “Este hombre se llama Marías y se casó con Rosa a la tierna edad de veinticuatro años. Llevan dieciocho años casados y Marías se ha descuidado un poco. Ha engordado, sus chistes ya no son graciosos, sus temas no son interesantes y el fútbol le ha dejado idiota. Se siente ignorado por Rosa, la cual ya se empieza a fijar en otros hombres, ahora encuentra mucho más atractivo a Juan, el vecino del quinto, divorciado y sin hijos, un verdadero bombón.
Marías se ha dado cuenta de las miradas lujuriosas de Rosa hacia Juan en las juntas de vecinos y ha decidido cambiar. Perdería peso, la llevaría a cenar fuera más a menudo, ya no la echaría un polvo rápido por las noches, la volvería a hacer el amor.
Sin embargo Marías se rendirá a los seis días y le será mucho más cómodo pagar treinta euros a una puta."

Este juego me divirtió, así que lo repetí con tres personas más.

“Vi a una mujer de color negro. Llega a España después de escapar de una organización mafiosa especializada en el tráfico humano, por su extremada belleza se convirtió en modelo, pero la fama se le subió demasiado pronto a la cabeza y se enganchó al “crack”

“Vi a un abuelo-heavy de barbas blancas, gafas de Sol, camiseta de calaveras llameantes y tatuajes de serpientes en los brazos. Va a recoger a sus queridos nietos del colegio y más tarde les comprará un helado de fresa. Luego les leerá un cuento antes de acostarles. Todo esto con una gran sonrisa en el rostro.”

“Vi a un hombre mayor que llevaba una túnica negra. Era un clérigo que abusó de los monaguillos de su parroquia y, tras quedar absuelto a ojos de Dios, o eso pensaba o quería pensar él, dejó la iglesia."

Por último llegué a mi casa, me senté en la mesa de mi escritorio y ya no vi nada más.