sábado, 22 de marzo de 2014

Pequeña respuesta

A veces río fuertemente por cualquier diminuto hallazgo divertido que encuentro en el mundo, con cada pequeño y fácil chiste que narra uno de mis allegados, llegando incluso a derramar lágrimas de pura felicidad.

"¿Por qué?" Me pregunta la gente al verme en tal estado. ¿Por qué esa risotada tan exagerada? ¿Por qué lloras por tan poca cosa?

La respuesta la guardo en lo más profundo de mi corazón.

He de captar cada gota de felicidad que se cruce en mi basto camino de espinas, pues esa será la luz que me guíe en la oscuridad. Un diminuto rayo de luz que mantiene viva la esperanza en mi alma.

Por eso río de esa manera y lloro, lloro de alegría.
Por saber encontrar la felicidad, aunque solo sea por efímeros instantes.

miércoles, 12 de marzo de 2014

Psique

Amado y tan querido Príncipe,

tú que susurras en mi oído suaves y oscuros versos, que me robas besos cargados de dulce veneno, que me abrazas con tus alas de cuervo, que lloras lágrimas de sangre implorando mi amor,

no puedo aceptarte, no puedo corresponder tus caricias, no puedo dejarme amar por ti, pues no conozco tu rostro, aunque tu voz melosa evoca al sueño idílico, a la más maravillosa de las fantasías oníricas, a la libertad del alma, (libertad sin cadenas, sin ataduras, sin jaulas de oro) no puedo saber quién eres y siento miedo.

Perdóname amado Ángel nocturno, pero no tengo tanto valor como Psique.
Nuestro romance solo podrá darse a media noche, cuando me encuentre recostada en el lecho, pisando la línea que separa la vida y la muerte, cuando esté soñando.

Aparécete ante mí y consumamos nuestro amor por efímeros instantes, bajo el manto de La gran Dama Blanca, hasta que el malvado Rey nos hiera con sus espadas de fuego y, como vampiros, tengamos que huir.

Tú, a tu reino de sombras, misterio y libertad.
Yo, a mi reino de desolación, aburrimiento y putrefacción.

jueves, 6 de marzo de 2014

Máscara de terciopelo

La máscara de la locura, la más profunda de todas, aquella que es del color del abismo, se ha pegado a mi piel y sé que ya jamás la podré quitar.

Cuando llevo esa máscara puesta nada importa, mi alma es libre y baila dentro de mi cuerpo moviéndolo descaradamente, con gestos lascivos y libertinos.

Y no puedo parar de reír, de carcajear más bien, todo es divertido.

No existe lo malo ni lo bueno. Solo existe lo placentero. Y eso está bien.

Solo puedo portar esta extraordinaria máscara cuando estoy sola, en una habitación oscura, pues ni el Sol ni la Luna podrían verme de este modo.

Si alguien me viera en este estado de dejadez y diversión total y absoluta, en este mundo donde nada existe más que el gozo, el deleite y la dicha, me condenaría a la guillotina, al fusilamiento o a la quema en un poste, como hicieron con las antiguas brujas.

"¡Descarada!"     "¡Atrevida!"    "¡Desvergonzada!"    "¡Insolente!"

Por eso he de cubrir mi rostro con capas y capas de máscaras e irlas poniendo o quitando según requiera el personaje que se disponga a conversar conmigo.

Me pregunto...
Me pregunto...
Me pregunto...

Si habrá alguien a quien pueda enseñar mi máscara negra aterciopelada.

martes, 4 de marzo de 2014

Corazón arrancado

Habitaba yo en un frondoso bosque, sin más compañía que la más absoluta de las soledades, cuando un pájaro de alas azules se sumergió en mi corazón y arrancó un pedazo de él. Luego salió de mi pecho y voló hacia el cielo mientras despedazaba aquel trocito de mi universo.

Al principio la herida no dolía, no sentía nada, es más, me sentía liberada ya que mi corazón pesaba menos, mi existencia se aligeraba por momentos. Era algo maravilloso.

Sin embargo, al no curar la herida, ésta se infectó y comenzó a arder como si mil llamas del infierno se hubieran adentrado en mi interior.

Sentí miedo, frustración, tristeza, desesperación, odio, rabia.

Sentimientos mezclados que hoy no sé cómo remediar.

Dudo que algún día sepa cómo.