martes, 5 de noviembre de 2013

Cruel otoño

El otoño es perverso,
cruel
un depravado
y no tiene compasión.

Utiliza sus etéreos y delicados dedos de viento para desvestir poco a poco a los inocentes y virginales árboles que, poco a poco, notan como van perdiendo cada una de sus hojas,
su única y más sencilla vestimenta
y no pueden hacer nada para impedirlo.

Luego, una vez desnudos, el otoño los contempla con gran placer y deleite.
Sin vergüenza,
cual artista que admira su más brillante obra de arte.

El otoño es perverso,
cruel
un depravado
y no tiene compasión.

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