lunes, 6 de enero de 2014

Devora mi alma

Si eres tú el que me llama,
me adentraré en la sombra más oscura.

Si eres tú el que pide mis besos,
encantada besaré tus labios malditos y envenenados.

Si eres tú el que reclama mi cuerpo,
me recostaré a tu lado sobre un lecho de rosas negras.

Dejaré que sus espinas se ensarten en mi corazón como puñales,
y moriré desangrada.

Bebe mi sangre, mi querido ángel de las tinieblas, convierte las rosas negras en rojas, deja que mi cuerpo se transforme en pétalos de color carmín y, finalmente,
devora mi alma.

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