martes, 5 de septiembre de 2017

Conjuro

Mujer,

Cuando la Reina nocturna decida exponerse por completo, despójate de todos tus ropajes y camina con los pies desnudos hacia el interior del bosque. Camina hasta que tu cuerpo se vuelva del color del mármol, hasta que solo el velado abrazo de la Luna te vista.

Pisa la tierra tierna y húmeda y siéntela colándose entre los dedos. Mánchate las uñas de barro, envuélvete con los dulces brotes crecientes y empápate de su palpitante verdor.

Detente solo cuando escuches a las hojas de los árboles ancianos susurrar el nombre de tu alma e inspira profundamente hasta que el pecho duela.
Suelta el aire y admira cómo tu aliento se transforma en una nueva nube vivaz que asciende a los cielos rápidamente.
Esa es tu ofrenda para el Dios.

Oye, pues cuando oigas aullar a los lobos, la melodía del fuego te acariciará tan amorosamente que parecerán los besos de un amante.
Entonces danza, cierra los ojos y danza.

Escucha las risas de los ríos, siente el temblor de las montañas siguiendo tus pasos, acompañándote en tu baile.

Baña tus manos con bayas rojas y mima tu sexo hasta que éste se torne de color rojo, como si fuera la primera vez que le sangras a la Luna.
Cuando el éxtasis te invada y te alces hacia el cielo,
abre los ojos.
Tu primera mirada como un espíritu nuevo.
Esa es tu ofrenda para la Diosa.

Haz el amor con el viento, muerde las flores que crecen en la penumbra, cubre tus párpados de pétalos de rosas salvajes, enrédate con las ramas de los árboles mientras entonas cánticos mágicos.
Conságrate hasta que tu cuerpo se desplome y tu alma descanse plenamente en pura felicidad por primera vez.

Permite a la Dama Blanca besar tus labios y desearte buenas noches.

Luego deja que el Astro Rey te despierte...

Bienvenida, Hechicera.

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