miércoles, 5 de febrero de 2014

Lágrimas congeladas

Siento la terrible y fría brisa que es la confusión sobre mi piel de cristal.

Camino con los pies desnudos pisando suavemente sobre la blanca nieve, sobre las pisadas de otros viajeros que, como yo, intentan escapar de este laberíntico páramo helado, sin embargo, son demasiadas huellas, demasiados caminos cruzados, demasiadas elecciones... Me pierdo de nuevo.

Las nubes cubren el cielo, evitando que los rayos del Sol me guíen.

No puedo ver, mis ojos están cubiertos con un delicado pañuelo de nieve. Los copos azules se posan sobre mis pupilas y me impiden seguir el camino. La belleza de estas sólidas lágrimas de Invierno me deslumbran y hacen que me detenga...

El viento aúlla confundiéndose con el canto de los lobos, que esperan pacientemente a que me caiga, a que tropiece para entonces, poder devorarme.

Muero lentamente por congelación, pero ¡Oh, que bellas son estas lágrimas!

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