miércoles, 18 de diciembre de 2013

Tres almas

Bécquer me robó mi primer beso, fue aquel que me descubrió las maravillas del mundo irracional, aquel me enseñó a soñar, aquel que se atrevió a sembrar una pequeña semilla de oscuridad en la blancura de mi alma.

Poe me enamoró con sus bellos y tenebrosos pensamientos sobre la vida, sobre la mujer, sobre mi yo más idílico. Él fue aquel que recogió las rosas negras que florecieron en mi alma ya no tan pura, ya no tan blanca.

Baudelaire me poseyó, me enseñó la encantadora perversidad del mundo, la parte más depravada de mi alma ahora opaca casi por completo, la parte que siempre he ocultado tras una máscara, sin embargo él la arrancó sin contemplaciones y me enseñó a disfrutar de toda mi existencia.

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