Algunas personas sueñan con ser estrellas.
Estrellas tan brillantes que, un famoso astrónomo, al descubrirlas en el
oscuro cielo nocturno, les diera un nombre digno, un nombre magnífico, un nombre que perdurara
siglos y siglos en las roídas páginas de un libro antiguo, en el boca a boca de
las gentes, en los ecos del viento al correr entre las ramas de los árboles...
Yo solo deseo ser un pájaro de alas azules.
Solo deseo volar alto, muy alto y libre, muy libre.
Perderme en el despejado cielo de verano, ascender hasta confundirme con
el firmamento...
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