sábado, 21 de septiembre de 2013

Ángel de la guarda (24-Mayo-2013)

Ayer soñé con él, mi ángel de la guarda.

Recuerdo aquel día que crucé la carretera corriendo y sin mirar, estaba jugando. La noche era fría y yo iba muy abrigada, aún teníamos aquel enorme coche azul cuyas bandejas de plástico gris estaban decoradas por mí de manera horrible y, para colmo, con rotulador negro permanente y típex blanco. Nunca me reñiste por ello.
Te asustaste mucho y corriste hacia mí, me miraste aliviado y me dijiste:

     "Te podía haber atropellado un coche, tienes un ángel de la guarda muy bueno"

Yo sonreí y asentí, sintiéndome orgullosa de tener a alguien que me protegiera de aquella manera. Pensaba que era la niña más afortunada del mundo por tener un guardián así, incluso llegué a decir que era inmortal. Era solo una niña.

Y lo seguí pensando hasta hace bien poco. Hasta que pasó.

    "¿¡Dónde está!? ¿¡Qué le ha pasado!?"

Luego todo se volvió negro en un lugar blanco. Es extraño el cómo recuerdo aquel sitio. Vacío, de color gris, con las luces de las máquinas expendedoras iluminando vagamente un pasillo oscuro. Aquel pasillo parecía no tener fin, era laberíntico. Me dio miedo.

                                                    ................................

Ahora solo pienso en algo. Mi ángel de la guarda se murió. Al parecer yo era muy traviesa de niña y mi ángel de la guarda acabó por morir para así salvarme a mí, pero... Nadie puede estar sin un ángel de la guarda, ¿no? Así pues me asignaron otro.

Uno mucho mejor, de resplandecientes alas blancas, enormes alas blancas con las que poder abrazarme, donde poder sentirme segura siempre, unas donde poder sentir calor. Y brillante, mi ángel de la guarda es brillante y ahora sí que puedo estar segura de que nadie tiene un ángel de la guarda mejor que el que tengo yo. Mi ángel es tan especial que se presenta en mis sueños incluso, pero no vestido de blanco o con sus alas o aureola, no, mi ángel va vestido con un traje gris, una corbata suave de colores resplandecientes y un maletín marrón de la mano. Aunque hay otras veces que se aparece en pijama, aquel pijama plateado, el de "fiesta", como me gustaba llamarlo a mí.

Solo espero una cosa... que el ángel me espere y me de un abrazo en condiciones, no solo en sueños.
De momento seguiré soñando. No puedo hacer otra cosa.

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